Comedia en la que un cartero llega el día después de las festividades de un pueblo francés de provincia. El segmento en que el que Tati imita las posturas de sus colegas americanos para superarlos acumula la mayor cantidad de gags posible (la corrida en bicicleta, la campana de la Iglesia) y no nos olvidemos del martillo visco. El tono amable y costumbrista da pie a un humor tan simple como chaplinesco.