Drama en el que una bella adolescente de 17 años se prostituye a espaldas de sus padres y amigos en Paris. Como Sofia Coppola en The Bling Ring (2013), Ozon se mete en un territorio complicado: tratar de darle un marco realista a una historia meramente sensacionalista. Para eso necesita una frialdad de la que por lo general carece. No juzga a su personaje, pero tampoco le da espacio para que se desarrolle por lo que inevitablemente el film termina siendo condescendiente. La división en las estaciones es contraproducente. El comienzo en la playa remite al escenario de alguno de sus mejores cortometrajes, Une robe d’été (1996), pero allí se acaban las coincidencias. El voyeurismo del hermano menor con que comienza el film de a poco queda olvidado. Los arreglos formales tampoco ayudan: el montaje del paso de los clientes con una canción de fondo es la peor secuencia de la película.