Il grido (1957)

Drama en el que un obrero se separa de su mujer y vaga por distintos pueblos del valle del Po en busca de trabajo. Los ecos del neorrealismo italiano son llevados al terreno de la tragedia personal. La incapacidad de olvidar del protagonista marca todas sus nuevas relaciones. Los espacios desérticos reflejan su estado de ánimo. En la resolución, la desgracia mental y física tiene un sólo destino.

En esta película Antonioni encuentra una solución visual que lo acompañara prácticamente hasta el final de su obra y que resulta clave para entender lo que Pasolini llama la toma subjetiva indirecta libre: la imagen del protagonista viajando en un medio de transporte con la cámara ubicada a su espalda y el paisaje desplegándose delante de sus (nuestros) ojos. El leitmotiv de piano de la banda sonora de Giovanni Fusco cumple una función de vital importancia en la estructura del relato y da una muestra del particular acercamiento de Antonioni hacia la utilización de la música en sus películas.