Comedia romántica en la que un joven trabajador se prepara para casarse sin saber que su futura esposa es hija de un millonario y, cuando conoce a su familia, se enamora de su hermana en New York. Pese a tener cierto aire a Sabrina (1954) en cuanto al triángulo amoroso y el retrato de la alta sociedad de New York, resulta más simpática y tiene un final más coherente. Destacar la fiesta de año nuevo en la que los personajes más “sensatos” se juntan en la sala de juegos y el papel del hermano, un borracho perdido, que Cukor no justifica ni redime.