Comedia dramática en la que un controlador de la banda radiofónica trata de evitar los abusos de los radioaficionados en un pueblo del sudoeste de los Estados Unidos. Demme se despide del cine exploitation e ingresa al cine de Hollywood, todavía en plan molesto, pero con un pleno dominio de las herramientas formales (montajes en fundido, imagen congelada y travellings) que le dan una particular belleza al film y un gran manejo de los dispositivos narrativos, que le permiten evitar inteligentemente conflictos innecesarios. El único reparo tal vez sea la resolución demasiado dulce y conciliadora.