Comedia de fantasía en la que tres parapsicólogos se convierten en cazadores de fantasmas en New York. El film propone un efectivo cruce entre la comedia y algunos arquetipos del cine de terror, pero se sostiene sobre todo en la formación de un grupo y en la presencia de Bill Murray. Visualmente ya tiene demasiados arrebatos de videoclip. La descripción de la catástrofe y los ambientes terroríficos no esconde lo que realmente es, un producto de serie B con un presupuesto encima de la media. Las primeras apariciones de los fantasmas son efectivas. Después, la presencia de las gárgolas y la posesión demoníaca no son tan inspiradas. Pero la idea del muñeco de nieve es atractiva.