Drama en el que un curandero indígena es llevado a una penitenciaría en Río Negro. Campusano se muda al sur e incursiona en el drama carcelario con el tema del desarraigo indígena de fondo. El artificio y la estilización dentro del realismo está cada vez más aceitado en su cine. La violencia se propaga casi como en un film de terror. El uso de los espacios y de la fotografía en scope recuerda al cine de John Carpenter. El personaje del joven que se mete en prisión para matar al protagonista resulta un poco excesivo, como el del esquizofrénico en El perro Molina (2014), pero la violencia del primer cuchillazo resulta impactante.
