Drama en el que un poeta se enamora de una prostituta uruguaya en Buenos Aires. Subiela deja al desnudo todas las limitaciones de su cine: la falta de economía visual y narrativa, los recursos publicitarios destinados al inmediato olvido, los personajes femeninos insulsos, los diálogos de una cursilería militante. Sólo en la parte final, cuando se centra en la historia de amor, el film saca un poco de emoción.