Melodrama en el que la esposa de un viajante recibe la visita de un viejo a migo en el siglo XIX. Adaptación de la novela El primo Basilio (1878) de Eça de Queiroz. La localización geográfica y temporal de la película es muy difícil de establecer. Los personajes hablan como si estuvieran en la Argentina, pero no hay nada en la Argentina que se asemeje a lo que muestran las imágenes. Poco antes que Ingmar Bergman debutaba como director con Kris (1946), Schlieper da una lección de cómo ensamblar la teatralidad con el expresionismo. Los ángulos de la cámara, la iluminación de la fotografía (Roque Funes), el trabajo con los rostros de los actores remiten a una intriga interior que desborda el plano.