Drama en el que un empleado de matadero es contratado por un inquilino para ahuyentar a los inquilinos de un edificio que pretende ser demolido en México. Buñuel perfila mejor (en comparación con sus dos anteriores films) a los personajes (sus motivaciones, su pasado), la historia (la capacidad de síntesis) y la irrupción de la violencia (realista) dentro de una puesta en escena tan funcional como delicada. Logra que el espectador simpatice con el matón de pocas luces y tenga empatía con el viejo avaro y corrupto, siempre con la mujer como eje del conflicto.