Cuento de terror en el que una mujer hereda un viejo hotel que funciona como una de las puertas del infierno y desata la invasión de un grupo de zombis en Louisiana. El film es una pesadilla impresionista e irracional. Desde el prólogo en 1926 en color sepia, pasando por una sucesión de muertes a cual más rebuscada y por un impresionante clímax en un hospital, hasta la escalofriante (pero bellísima) última imagen en el infierno. Los efectos especiales de maquillaje hacen un impresionante trabajo en la escena de las tarántulas que comen un rostro y en la secuencia del perro que recuerda a Suspiria (1977).