Deadly Stingers (2003)

Cuento de terror en el que unos escorpiones gigantes atacan un pueblo de California. Bookwalter continúa su frágil sociedad con Charles Band con un innecesario homenaje a los films de ciencia ficción de monstruos gigantes de la década de 1950. El guión no ofrece ninguna variante a la premisa argumental. La fotografía y la iluminación resultan espantosas (no es oscura o sombría, si no carente de luz). Los actores fallan miserablemente al aportar humor a la propuesta. Los efectos visuales obviamente son impresentables y las muertes son tan fallidas como poco impactantes. Luego de algunas señales positivas que había dado Witchouse 3: Demon Fire (2001), la película es una auténtica decepción en la obra de Bookwalter. Es una lástima que el visionario director de Robot Ninja (1989) y Ozone (1995) y el hábil artesano del no presupuesto de The Dead Next Door (1989) y Zombie Cop (1991), malviva con subproductos destinados al ostracismo y el olvido. Ni siquiera los cameos de scream queens, los estilismos visuales y el chiste final del desnudo gratuito pueden darle algo de vitalidad al film. Tal vez sea preferible que Bookwalter regrese a Ohio, donde por lo menos los horrores de la América profunda tenían más autenticidad.