Deadly Blessing (1981)

Cuento de terror en el que una pequeña comunidad rural se ve acosada por una serie de asesinatos en Pennsylvania. En tiempos de efervescencia del slasher adolescente Craven inicia su carrera en Hollywood con un cuento de terror bello y reposado. Su puesta en escena busca la contención y encuentra algunas secuencias afortunadas (la pesadilla del personaje de Sharon Stone, la aparición de la serpiente en la bañera). Pero el film queda lastrado por la precipitada resolución y el incoherente epílogo.

La película rara vez ha sido considerada entre el canon del slasher. Tal vez cierta vibración sobrenatural (confirmada por el epílogo) la excluya. O el hecho de que tenga una trama más interesada en el fanatismo religioso y el choque de dos culturas. Pero los elementos están allí. Lo cierto es que Craven realiza uno de sus mejores trabajos porque ubica el horror y la amenaza del asesino precisamente entre esos dos mundos. El film tiene la libertad de ir desarrollando los personajes y los conflictos a medida que progresivamente va construyendo una atmósfera enrarecida. En ese sentido, la inclusión de pesadillas resulta bastante oportuna. Y si bien el guión se mete en un callejón sin salida en la resolución, eso no quita muchos de sus méritos. Tal vez Craven ya en 1981 quería superar la etapa inicial del slasher (por eso su film tuvo una fría acogida). Tendría que esperar hasta A Nightmare on Elm Street (1984) para reconfigurar la fórmula.