Secuela de Conan the Barbarian (1982) en la que el guerrero prehistórico lidera un grupo de luchadores en busca de una princesa perdida. Mucho más camp, amena y modesta que el film de Milius, el guión suma sin sentido personajes, peleas, chistes y rituales para invocar dioses malignos. Por momentos se vuelve irresistible.