Drama en el que una joven aloja a un hombre buscado por el asesinato del gerente de una fábrica en Buenos Aires. La irreverencia de Ferreyra no conoce límites en este caso. Un guión folletinesco a más no poder (la familia de la joven va a vivir a la casa de la hija del hombre muerto) se ve superado por pequeños destellos de genialidad: el retrato del padre que se hace pasar por ciego, el costado romántico de la historia, la escena del beso, los diálogos de los niños (la utilización de la palabra pituco), la inclusión de una canción en el momento más dramático. ¿Qué género es la película? ¿Una comedia, un melodrama, un musical, un policial? Nadie lo sabe y está bien que así sea.