Cuento de terror en el que un hombre congelado por criogenización despierta de la muerte y se hace cargo de la empresa familiar en Los Angeles. Craven se hace cargo de la tradición gótica y del mito de Frankenstein en un telefilm modesto. La ausencia de gore y los pocos sobresaltos obligan llevar el producto al terreno del melodrama. La presencia de Jill Schoelen como scream queen incipiente y el personaje de la madre que ve la realidad de su hijo suman un atractivo inesperado.