Cuento de ciencia ficción en el que un empleado trata de corregir un error administrativo en un país de Europa durante el siglo XXI. Gilliam hace un retrato de una sociedad retro futurista híper tecnificada, burocratizada y muestra sus problemas. La lucha del individuo contra un mundo al que no se adapta es común en el género de la ciencia ficción, desde Metropolis (1927) hasta The Truman Show (1998). Gilliam agrega unos sueños fantásticos del protagonista que incluyen a un héroe, a monstruos y una chica, que lentamente se van insertando en la historia principal. La ambientación en una ciudad hermética, además de ser punto de inspiración para Dark City (1998), aunque no tan oscura, logra transmitir la sensación de asfixia, de superpoblación y de soledad. A retener la escena en que el protagonista ingresa a su nuevo trabajo. También hay lugar para el accionar de un grupo subversivos. La película se destaca en las propuestas expositivas, pero no en las narrativas. La historia de amor no pasa de lo simbólico. Y las acciones desencadenadas sobre el final tienen un tinte caricaturesco, sólo salvado por la tragedia final.