Secuela de The Blair Witch Project (1999) en la que cinco jóvenes van a explorar al bosque embrujado de Maryland donde desaparecieron los estudiantes de cine. Pese a que mantiene algunos guiños (los actores desconocidos que utilizan sus verdaderos nombres, el uso de cámaras de video, las apariciones de niños), el film es totalmente diferente al original. El presupuesto, la estructura narrativa y la estética esta vez son mucho más industriales. Berlinger Intenta ahondar en las percepciones de las realidades y la incapacidad de asimilar lo sobrenatural, pero no logra establecer su discursos con un mínimo de coherencia y adaptarse al formato de thriller. La película toma como motor la parte menos interesante del original, es decir, su fenómeno mediático. En consecuencia, como film de terror falla categóricamente. Para cubrir lo que supuestamente promete recurre a vagas pesadillas y alucinaciones que nada generan. Tampoco ayuda el perfil de los personajes (un ex paciente psiquiátrico chistoso, una chica gótica con poderes psíquicos, una mística defensora de la naturaleza, una embarazada en papel sufridor y su novio que representa la medianía) y el escaso aporte de los actores acordes a esos papeles. El guión trata de jugar con las apariencias, pero no hay auténtico misterio planteado que lo justifique. Al negar el terror hiperrealista de The Blair Witch y el terror artificioso de, digamos, Scream (1996), el film se queda en un terreno de nadie que lo condena al vacío.