Comedia de acción en la que un policía de Detroit investiga la muerte de su mejor amigo en Los Angeles. La simpleza de la historia y la música de Harold Faltermeyer invitan a una lejana simpatía. Por lo demás, el film no es más que un vehículo para las monerías y payasadas de Eddie Murphy. La primera secuencia de acción de persecución de un camión nada tiene que ver con la trama. Y a la segunda, el tiroteo en la mansión del villano, le falta fuerza.