Amores perros (2000)

Drama en el que un accidente automovilístico conecta tres historias en la ciudad de México. Iñarritu divide su film en tres partes, pero no puede resistir la tención de cruzar las historias. La primera (una pareja de adolescentes que trata de escapar) es la más visceral e impactante. La segunda (la relación de un empresario con una modelo accidentada) se diferencia del resto en el tono. Y la tercera (un vagabundo asesino a sueldo) es la más complaciente, aunque no es gratuita la referencia literal a los perros. El film muestra el estado de miseria de Latinoamérica (las difíciles relaciones humanas en todo orden, la inexistencia del grupo familiar, la dramática falta de educación y sentido) sin adoptar un tono demasiado tremendista. El tratamiento de la violencia es visceral e instintivo. Si bien niega referencias explícitas al cine de Tarantino, se arriesga a comparaciones por el uso de las canciones y el mismo truco narrativo de Pulp Fiction (1994). Cuesta acostumbrarse a una producción latinoamericana con pretensiones de proyección al mercado internacional contemporáneo, pero vale la pena intentarlo.