Thriller en el que una mujer policía se infiltra en una comunidad judía ortodoxa para resolver un crimen en New York. El film tiene uno de esos guiones que Lumet acepta de vez en cuando con diálogos atroces y dudosas concesiones a la comercialidad. La película tiene reminiscencias de Witness (1985), con el previsible romance de dos opuestos, y de Homicide (1991), en cuanto a la concientización mística de la protagonista.