Thriller fantástico en el que un trompetista se encuentra con una mujer que creía muerta y que busca venganza contra quienes la mataron en Estambul y Rio de Janeiro. Franco toma el título de la novela de Sacher-Masoch para hacer un surreal policial fantástico que huye en todo momento a la narrativa convencional. Dilata las escenas, recurre a zooms, desenfoques y filtros de colores en la fotografía e improvisa (como el protagonista mientras toca con su banda de jazz) con el montaje. ¿Hasta qué punto este efecto es producto de su idea original o de los cortes que exigieron los productores? Nunca lo sabremos. En todo caso siempre en el fondo se encuentra la mujer como objeto de la más profunda atracción y miedo. Pese a que por momentos esta apuesta por la fuga corre el riesgo de expulsar al espectador del film, la propuesta no deja de ser tan fascinante como vanguardista.