Comedia en la que el dueño de un almacén acepta que su hija se case con un poeta desempleado en un pequeño pueblo de Francia. El cristal de Renoir deja ver las fallas porque pone a los personajes en posición de desempeñar un papel para el que saben que no están preparados. Aún pese a las limitaciones de la historia, el guión y el rodaje en estudios, se las arregla bastante bien para realizar elaborados planos secuencia con la cámara en movimiento.