Cuento de terror en el que una mujer casada de gris existencia sufre pesadillas y se mete en la brujería en Pittsburgh. Antes que los sustos, las muertes o los rituales, lo que a Romero le interesa es criticar el papel de la mujer en la sociedad. Al mostrar una protagonista confinada a la casa sin nada que hacer, con un esposo y una hija adolescente evasivos y unas estúpidas reuniones con amigas (que están en la misma situación que ella), el film no busca víctimas o victimarios, culpables o inocentes, sino retratar un estado de coas que todavía no ha sido totalmente revertido.