Cuento de terror en el que un niño ve al asesino de su hermana en un pueblo del estado de New York durante el día de Halloween en 1962. A partir de la mirada del niño, el film combina la fantasía y la trama policial sin negar algunos elementos humorísticos. Se favorece del excelente retrato de la familia de inmigrantes italianos y de la cuidadosa reconstrucción de época del pueblo. Pese a los efectos visuales deficientes y a una resolución trillada, la película logra establecer cierta incertidumbre por lo que va a suceder gracias a las misteriosas pariciones de la mujer de blanco y a la secuencia en la que el protagonista queda encerrado. Igualmente, la sensación que queda es que el planteo de historia de fantasmas clásica podría haber dado algo más.