Cuento de terror en el que un estudiante de música de Roma acude al llamado de ayuda de su hermana que vive en un edificio diabólico en New York. Argento nos sumerge en una pesadilla expresionista que se sostiene en la anarquía narrativa y en la explosión de colores y sombras de la puesta en escena. Esta vez con un mito de fondo, el de las tres madres que son las caras de la muerte y gobiernan al mundo. Luego de un comienzo tan impresionante como desquiciado (un pozo de agua en el sótano del edificio, una clase de música en el conservatorio con una extraña e inquietante presencia, una paseo por una biblioteca antigua y un violento doble asesinato con música de Verdi de fondo) que desconoce toda noción de mesura, transición y ortodoxia, Argento abre las puertas del infierno donde sólo hay lugar para las muertes, los enigmas y la crueldad.