Biopic del diseñador de modas Yves Saint Laurent de 1967 a 1977 en Paris. Bertrand Bonello da un paso hacia un cine más narrativo y accesible, pero no renuncia a su estilo barroco y su dominio formal de las imágenes y la música. Su personaje se vuelve fascinante porque nunca abandona la pose, porque el guión nunca intenta psicologizarlo y porque en él, la obra y el artista se hacen difíciles de separar. Así, Bonello nos conduce durante dos horas y media por las décadas de 1960 y 1970, por las salidas nocturnas a los boliches, por sus relaciones homosexuales y por sus problemas con las drogas con la absorbente capacidad erótica de sus imágenes. Pero su relato evita el típico esquema de ascenso y caída, sino que va sumando capas y desplegándose en el espacio y el tiempo (sobre el final aparecen versiones del personaje como niño y como hombre maduro) hasta llegar a una exposición en 1976 en la que se multiplican las pantallas.