Drama en el que un arquitecto desempleado conoce a una modelo francesa mientras deambula por las calles de Los Angeles. Jacques Demy se lleva a Hollywood los decorados coloridos y la forma de filmar las calles de sus películas francesas. La combinación de estilismo y realismo por momentos resulta fascinante. Sin embargo, la irrupción de temas de agenda de la época y el vínculo con la trama de Lola (1961) resultan innecesarios. La historia de amor y desencuentros se ve forzada a la desgracia. Lo que queda es tal vez uno de los films de Demy más temerosos.