Comedia que mezcla acción real y animación en la que un agente de seguridad y una ejecutiva de Warner Bros se unen a Bugs Bunny y al pato Lucas en busca de un diamante azul que controla la mente de los consumidores en Las Vegas. La mezcla del típico festín cinéfilo de Joe Dante y la anarquía e histeria de los Looney Tunes da como resultado un film desparejo pero en todo momento entretenido. El gran mérito es que su film puede ser disfrutado por un lado a partir del slapstick y los one liners constantes y, por el otro, a través de los guiños, las citas y referencias y los detalles que aparecen en el fondo de modo mucho más sutil. Aunque siempre da la impresión que Dante podría dar mucho más si se tomara los personajes y la historia un poco más en serio, tal vez como en Matinee (1993). Para el recuerdo queda la mano congelada de Jenna Elfman, las referencias a los homo cartoons que se transvisten, el plan de los simios – humanos o trabajadores – consumidores, la aparición de Roger Corman dirigiendo una película de Batman para Warner, la antológica secuencia en el museo del Louvre, el pasaje por un cuadro surrealista y las multifunciones del nuevo teléfono celular utilizado como bati-cinturón. Dante sigue siendo el mismo, ya sea para New World Pictures en 1976 o para Warner Bros en 2003, entretenimiento desprejuiciado que señala las fallas de nuestros sistemas y medios de comunicación.