Comedia dramática en la que un joven de 29 años compra un edificio en un barrio negro de New York. Ya en su opera prima Ashby es capaz de imprimir una excentricidad visual acorde a sus personajes, una búsqueda casi experimental del montaje que lo acerca a Godard, un sentido casi brechtiano de la historia y de las actuaciones y un imprevisible y subterráneo sentido del humor para narrar una historia de conflictos familiares y raciales.