Policial en el que una banda criminal secreta busca un tesoro de los caballeros templarios en Paris. Tal vez el origen televisivo del proyecto, la compresión de la historia en vistas de su conversión a largometraje para cine y el lastre del doblaje a los actores afecten la coherencia del relato y el sentido de la intención paródica. Pero la puesta en escena de Georges Franju, con el agregado del color, brilla aún más. Uno de los secretos de su cine es que nunca abandona el juego con la visibilidad en la frontera del realismo y lo fantástico. Y también es ya más evidente la influencia del comic, además de los seriales del cine mudo, el film noir y el surrealismo.