Comedia de desnudos en la que el botones de un hotel espía un set de filmación y una habitación donde se alojan modelos de lencería en San Francisco. Coppola toma una película alemana y le inserta imágenes del protagonista en blanco y negro (cuando está en el set de filmación) y en colores (cuando está en el hotel). El humor es tibio, los desnudos, pacatos y la progresión narrativa, nula. Sólo para destacar el larguísimo plano llegando al final que toma a las modelos en conjunto mientras se maquillan, entran y salen de cuadro, se paran y se sientan para mostrar ceremoniosamente sus cuerpos semidesnudos.