Drama criminal en el que un apostador que debe dinero a la mafia pide ayuda a un amigo para fugarse en Philadelphia. La película es incómoda ya desde el inicio por la actuación de John Cassavetes, su estado de ansiedad, la extraña complicidad de Peter Falk, la falta de información del relato y lo errático de los comportamientos de los personajes. Pero Elaine May se detiene en las relaciones autodestructivas que los unen y no pierde las coordenadas realistas de la acción. Las salidas a la callle, las esperas en los bares, el viaje en un colectivo dan marco a una noche interminable. El film puede verse como una prolongación o complemento de la obra como director de Cassavetes. Desde la visita a la amiga de Shadows (1959), la separación de Faces (1968) o la trama del asesino a sueldo de The Killing of a Chinese Bookie (1976). Y de cierta forma anticipa el modelo para lo que después hará en Gloria (1980).