Película de episodios en Buenos Aires. El modelo de trabajo colectivo de El amor (primera parte) (2004) y la referencia al nuevo bon air de Jacques Rivette trazan el círculo. Un poco vacío los diálogos en los nombres que quieren generar misterio de la ausencia, y lo que hará después Matías Piñeyro, el único que rompió esquemas diez años después. Hay buenos momentos, lugares, historias, una película de relatos cruzados que no terminan de ensamblarse. La ciudad es una gigantesca mentira en busca de lugares alejados. Aun cuando están en lugares reconocibles, los personajes son los mismos: lo femenino, la poesía, el tango. Ese comienzo en la calle de un cementerio donde la chica en uniforme se pone a cantar en playback me parece que lo vio Resnais, la lectura de textos, el uso de fotografías también. Todo muy acorde con las directrices de la universidad del cine.