Drama en el que un cineasta vuelve a su ciudad, Chacabuco, con la intención de filmar un cuento de Haroldo Conti. Palavecino filma la imposibilidad de filmar. La película sigue la semana del director mientras se reencuentra con sus amigos. En el medio está la huella de un misterioso suicidio de uno de ellos. La fotografía es en blanco y negro y 16 milímetros. La banda sonora es de Beethoven y Mahler. El montaje acusa algunos recursos de Godard, con las continuas interrupciones de las pantallas en negro y la música. Sobre el final aparece una chica estudiante de teatro que bien puede ser una fantasía del protagonista, pero a la que Palavecino decide no darle ningún primer plano.