Comedia en la que un mago americano es enviado para entretener a las tropas de Estados Unidos en Japón y Corea. Jerry Lewis continúa sus colaboraciones con Frank Tashlin, pero esta es una de las menos inspiradas. El problema es que en este caso trata de introducir un tono sensiblero (a partir de la relación con un niño japonés que lo idolatra) que no va tan bien con el humor de Lewis. Uno no deja de pensar que en la actualidad este tipo de películas son más propias de Adam Sandler. El gag-secuencia en el avión es genial y la resolución del gag de la pileta es sorprendente. A veces Tashlin hace con la imagen de acción real cosas que parecen sólo posibles en el cartoon.