Drama criminal sobre las actividades de la brigada de menores de la policía de Paris. Maïwenn sigue la ruta de films como L. 627 (1992) y Le petit lieutenant (2005), es decir, policiales realistas que más que abordar un caso, siguen la rutina y el accionar diarios de un grupo de policías. La novedad es que en este caso investigan los casos relacionados con niños (abusos sexuales, abandono, mal trato), por lo que el film se mete en un territorio peligroso, pero por suerte, en ningún momento cae en golpes bajos o manipulaciones. Es que hay cierto grado de artificio en el cine de Maïwenn que en este caso está un poco más atenuado, pero igual presente. Ya sea por la brevedad (y por momentos aleatoriedad) de las escenas, los constantes diálogos acelerados, la fotografía colorida que rehúye a la suciedad de las calles, su presencia como actriz en el papel de una fotógrafa enviada por el Ministerio del Interior que sigue a los personajes, una oportuna escena de salida a un boliche, la inclusión afortunada de un par de canciones y un enigmático montaje paralelo en la resolución.