Comedia en la que un futbolista de San Andrés de Giles es llevado a un importante equipo de Buenos Aires. Romero recurre a un humor fácil que no teme romper el pacto realista: los ladridos de perro que estimulan al protagonista en medio del partido, el relator de radio que se pone a hablar con sus oyentes. Pero el retrato del mundo del fútbol no ha perdido actualidad: los dirigentes brutos que no saben nada de fútbol, los arreglos de partidos, la tentación de las mujeres. La película se convierte casi en un policial en su cuarto de hora final.