Drama en el que una mujer adopta a un hijo ilegítimo de su esposo en un pueblo costero de Sudamérica. El comienzo de la película es sugerente y la ambientación es evocativa. Demare muestra destreza visual para darle espesor dramático al relato. El guión mantiene la compostura porque evita inteligentemente las confrontaciones. Pero la historia con los hijos adultos carece del mismo envión.