Drama musical en el que una joven trabaja como soldadora de día y bailarina de noche en Pittsburgh. La trama gira sobre lo vergonzoso, lo ridículo y lo absurdo. Por momentos se asemeja a una inocente perversión, pero por otros parece pensada para un espectador descerebrado. Adrian Lyne es incapaz de introducir algo parecido a las potencias de lo falso. El único atractivo es su despliegue visual.