Comedia dramática en el que un joven vaga por las calles en Buenos Aires. La película es una rareza en el cine argentino por la forma de combinar el retrato de una juventud desencantada con un acercamiento serio al mundo del rock (la banda sonora es de Manal), una delirante imaginación visual y un sentido del humor desdramatizador. A partir de una narrativa discontinua, el film se permite insertar flashbacks y fantasías con total libertad para reflejar una necesidad de evasión constante hacia el amor, el trabajo y la vida.