Drama en el que un joven judío cambia de trabajo durante una crisis económica en Buenos Aires. Burman teje un puñado historias que abarcan la religión, la familia, la identidad y la sexualidad. El film tiene un tono desdramatizador, ligero e irónico. Pero a los dos tercios de la película queda claro que los personajes no se sostienen, que las situaciones carecen de importancia y que los temas no se profundizan. Igualmente hay que reconocer la falta de pretensiones de Burman a la hora de terminar el film.