Cuento de terror y ciencia ficción en el que un detective investiga las muertes de un monstruo creado genéticamente en Los Angeles. Con muy poco presupuesto y muy pocas explicaciones, Malone realiza un hipnótico trabajo visual que se sostiene en unos audaces movimientos de cámara. Incrusta en las urbes contemporáneas el tema de la alteración genética y un monstruo que parece salido de mente de H.R. Giger. Más allá del desprecio y la ignorancia de buena parte de la crítica hacia este tipo de productos, el film demuestra que el terror es ante todo forma.