Cuento de terror en el que un controvertido psicólogo de extraños métodos investiga a unos niños deformes y asesinos en Toronto. Pese a la estructura de thriller convencional, en la resolución aparece el horror profundo y la deformación de la carne, una de las obsesiones habituales de David Cronenberg. Los cuatro asesinatos están resueltos a través de la maestría de la puesta en escena. En el de la abuela en la cocina, no lo muestra entero. En el del abuelo debajo de la cama, no corta el clímax con susto. El de la maestra es de a dos. Y el del psicólogo es una montaña de niños. La resolución es deliciosamente maligna sin ser estridente.