Cuento de ciencia ficción en el que un guía conduce a un escritor y a un científico a un lugar en un bosque donde cayó un meteorito en Rusia. Tarkovsky hace un viaje hacia las profundidades de lo desconocido. Antes que nada, la premisa argumental es atractiva y la parsimonia narrativa le juega a favor. La fotografía mezcla un blanco y negro ocre con tonos muy grises. Lo que arranca como un cuento con cierta base de ciencia ficción, se transforma en un serio planteo sobre la búsqueda de lo sagrado. Tarkovsky critica pero entiende el descreimiento del arte y de la ciencia modernos. Su postura derriba preconceptos al reconocer que los hombres dan forma a lo sagrado, no al revés.