Cuento de terror en el que un parásito que se aloja en el cuerpo de una mujer que sufrió una cirugía plástica genera una epidemia de rabia y canibalismo en Montreal. La película es una especie de secuela de Shivers (1975), aunque no tan lograda o aterradora. David Cronenberg expande el alcance de la epidemia a una región de Canadá y muestra cómo las autoridades la combaten, por lo que ahora depende más de los montajes paralelos. Se profundiza la concepción romeriana del terror sobre el mal encarnado en nosotros mismos. Cronenberg también recurre a cierta dosis de humor negro en la escena de la muerte del Papa Noel, en el método para matar a los infectados y en el tacho de basura simbólico del final. La tragedia no es total, pero igualmente invita a la reflexión.