Retrato de un grupo de estrellas, cantantes y aspirantes de música country durante una campaña política en Nashville. Pese a no tener protagonistas definidos y a dar la impresión de seguir aleatoriamente la historia, el film sigue una clara estrategia narrativa que va de la presentación excéntrica, los dramas personales hasta la relajación musical y la tragedia sorpresiva. El gran mérito de Altman es que es el primer director americano que mira a los Estados Unidos como un extraño, pero desde adentro. En ese marco es razonable que alguien diga basta para que todo el sistema pueda reproducirse.