Drama en el que dos profesores amigos se relacionan con una geisha en un pueblo costero en Japón en la década de 1920. A partir de una narración que desafía todos los géneros y de una planificación que desconoce todas las reglas, Suzuki reflexiona sobre la complementariedad de dos estilos de vida opuestos. Hasta el punto de transformar las imágenes y las sensaciones en un cuento de fantasmas enigmático y perturbador, cuyo discurso no puede ponerse en palabras.