Cuento de ciencia ficción distópica en el que un salvaje va a parar a una comunidad de seres inmortales en el año 2293. El futuro según John Boorman, alejado de toda tecnología, parece medieval. También carece de sentimientos y emociones. En consecuencia su film es extraño y desconcertante. Tiene atractivos apuntes sobre el sexo y la violencia. Tal vez requiere más de una visión para absorber toda su riqueza conceptual.