Cuento de terror en el que un policía investiga una serie de asesinatos cometidos por lobos en New York. Adaptación de la novela de Whitley Strieber. El concepto de lobos asesinos está alejado de la licantropía. Tiene más que ver con un extraño vínculo de los lobos con una comunidad indígena. La película casi no los muestra, sino que recurre a una cámara subjetiva de visión infrarroja. El ritmo parsimonioso sumado al torpe desarrollo de la trama policial y la pretenciosidad arruinan los momentos de suspense. Los asesinatos son muy gore y son acompañados por cierto morbo del protagonista interpretado por Albert Finney.